Hola, soy el ladrón de tu coche

Un vigués revela en un juicio que le robaron su turismo con un sofisticado método, llamó al GPS del vehículo y le saludó el delincuente desde Portugal

E.V.PITA / la voz 18 de octubre de 2013

Un joven portugués compareció ayer en un juicio acusado de una oleada de sofisticados robos de vehículos en garajes de la calle Teixugueiras en el 2010. El implicado, supuestamente, rompía la ventanilla, entraba en el habitáculo del coche con un ordenador y sustituía los códigos de encendido del motor para hacer un puente, poner bajo su control el vehículo y arrancar.

El juicio se celebró ayer en el juzgado de lo penal número 3 de Vigo y la Fiscalía redujo de 7 a 4 años de cárcel la petición para el supuesto ladrón. La sorpresa surgió cuando uno de los dueños, también experto en nuevas tecnologías, hizo una llamada a un aparato GPS con teléfono que llevaba incorporado su vehículo, que le acababan de robar. Y lo más increíble fue que el supuesto ladrón se puso al teléfono y le saludó: «¡Hola!», tras lo cual mantuvo silencio 50 segundos. Tiempo suficiente para que el dueño oyese los ruidos de fondo, lo que le pareció una industria donde alguien daba martillazos propios de un taller. Luego, la policía le pidió su factura telefónica y concluyó, por un cargo a una llamada internacional, que el coche robado estaba aquel día en Portugal. El abogado alega que el acusado no puede ser porque solo un español saludaría por teléfono con un «¡Hola!» pues en el país vecino contestan con «¡Tou!».

Para la Fiscalía, el implicado pertenecería a una red que revendía los coches robados, una vez que le cambiaba los códigos de acceso del sistema informático de encendido electrónico. La policía descubrió el sofisticado software cuando un vecino alertó de un posible robo en un garaje y los agentes sorprendieron al sospechoso y un cómplice cuando salían con un Peugeot ajeno. Un investigador llevó el coche recién robado a un taller y lo conectaron a una máquina de diagnosis. El programa no pudo acceder al sistema arranque del vehículo porque los ladrones habían cambiado los códigos de la llave. La que tenía el dueño era inútil para encender el coche, que podía ser revendido en el extranjero.

Otros agentes llegaron a la misma conclusión de que el robo era obra de un especialista.

La mayoría de los robos fueron en garajes de la calle Teixugueiras, en Navia, entre enero y mayo del 2010. La banda cogía los mandos del portal del garaje, que los dueños tenían en sus coches, para entrar días después a dar más golpes. Los vecinos tuvieron que cambiar el código para entrar al garaje. El testigo que vio al sospechoso no lo reconoció en el juicio.

El acusado alegó que era un vendedor de coches y explicó que los objetos que la policía halló en su piso (como un mando a distancia del garaje o los cedés manuscritos de un dueño) pertenecen a dos franceses que convivían en su casa y que están ilocalizables. Al final, el fiscal retiró la acusación de falsedad en el carné de conducir y, en su informe, solo vio probados dos de los 4 robos de los que le acusaba. Dos podían ser coincidencias y otro, tentativa de robo.