Juicio rápido a un sospechoso de intentar robar en un chalé
y que, en la fuga, perdió una chancla y siguió con un pie descalzo, lo que le
delató
E.V.PITA / LA VOZ 18/7/2012
Tras las doce campanadas de medianoche, un intruso fue
sorprendido por un dueño en el jardín de una casa de O Vao cuando iba a robar.
El asaltante huyó tras trepar y saltar por un muro de la finca de dos metros de
altura. En la caída, perdió una chancla azul, que quedó tirada en un surco.
Minutos después, la policía sorprendió a un sospechoso que caminaba a 50 metros
por un descampado con una única chancla azul y el otro pie descalzo y manchado
de hierba. Se quejaba de contusiones en un codo y una rodilla.
Los agentes habían encontrado el otro par junto al muro, se
lo enseñaron y le preguntaron si era suyo. El viandante probó la segunda
chancla, que se ajustaba perfectamente a su pie, y confirmó que era la que él
había perdido cuando volvía de visitar a su novia esa noche y que, como iba
algo bebido, había tomado un atajo por una finca para dirigirse a la cercana
casa de su abuela.
Pero al contrario que en el cuento de Cenicienta el hombre
que le puso el zapato en el pie no era un príncipe sino un agente de la ley.
Inmediatamente, el sospechoso fue detenido porque la chancleta era la prueba de
cargo, pues había aparecido en el escenario del robo, justo debajo del tramo de
muro por el que los dueños vieron trepar y saltar al intruso.
El juicio rápido al supuesto escalador se celebró ayer en el
juzgado de lo Penal número 2 de Vigo en ausencia del acusado, Óscar P.G., que
se enfrenta a un año y tres meses de cárcel por una tentativa de robo con
fuerza en casa habitada.
Los hechos se remontan al pasado 29 de julio de madrugada.
Los dueños de un chalé en la Baixado ao Vao, 69, oyeron ruidos en su garaje. Al
asomarse a las ventanas, vieron a un sospechoso, que huyó. No echaron nada en
falta.
El sospechoso fue localizado porque, a través de su
descripción, lo reconoció un obrero que trabajaba en el cableado en la avenida
de Ricardo Mella. Tras ser interceptado, los agentes registraron la bolsa de
deportes que portaba el implicado. Contenía una podadora y múltiples zapatillas
y calzado que, según dijo, había encontrado tirados en un contenedor de basura.
También alegó que iba «muy puesto» de drogas.
El fiscal sostuvo en el juicio rápido que las excusas que
puso el sospechoso «van contra la lógica» porque nadie salta un muro de dos metros
para «atajar». Y añadió que lo que le delató es la pérdida de su chancleta
azul.
El fiscal había aplicado inicialmente el agravante de
reincidencia porque el implicado tenía un historial de condenas anteriores por
robo por las que salió hace cuatro años de prisión. Sin embargo, la Fiscalía se
dio cuenta de que esos delitos no los podía tomar en cuenta para pedir un
castigo mayor porque fueron cometidos hace mucho tiempo y han sido cancelados.
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