Romar / La Voz 7/7/2012
Peter Higgs es un físico tranquilo que a sus 83 años solo intenta disfrutar de su jubilación. Y así pretendía seguir si no fuera porque esta semana todos los focos apuntaron hacia él después de que los resultados experimentales presentados por el Laboratorio Europeo de Investigación Nuclear (CERN) avanzaran una posible confirmación de lo que había predicho hace 48 años: el bosón de Higgs, la partícula que confiere masa a todas las demás y permite la formación de la materia, existe. El hombre que postuló la teoría es casi tan escurridizo como la partícula a la que da nombre y, a regañadientes, apenas concedió unas breves declaraciones el día de la presentación. Pero ante la expectación generada tenía que dar la cara, explayarse. Y así lo hizo ayer en una rueda de prensa convocada en la Universidad de Edimburgo, su casa.
Higgs no defraudó. ¿Para qué sirve el bosón?, le espetaron casi sin tregua. La pregunta inevitable que maldicen los científicos teóricos. «No tengo ni idea», fue su respuesta, pese a que sin ella todas las partículas viajarían sin rumbo por el Universo a la velocidad de la luz. No existiría el pegamento que une la materia. «El bosón solo tiene una vida útil de una millonésima, de una millonésima, de una millonésima, de una millonésima de segundo. No sé cómo se puede aplicar algo que tiene una vida tan corta a algo útil. No tengo ni idea», abundó.
Alan Walker, un colega físico que lo acompañó en la rueda de prensa, salió en ayuda del maestro: «Cuando el electrón fue descubierto -dijo- existía la misma incertidumbre». ¿Y qué sería hoy la vida sin las aplicaciones del electrón?
«No tengo amigos en el Nobel»Higgs, en su modestia, confesó que «es muy bonito tener razón de vez en cuando» y agradeció que la partícula llevara su nombre, aunque sugirió que se le cambiase la denominación y se llamara simplemente H. O bosón H. También restó importancia a los comentarios de sus colegas científicos que ahora lo sitúan como el número uno para obtener el Premio Nobel de Física, entre ellos el propio Stephen Hawking. «No sé si me lo van a dar, no tengo amigos en el comité Nobel», ironizó. Sería, en todo caso, un conflicto para el jurado, porque junto con el físico británico otros cuatro que siguen con vida también contribuyeron al avance. Y, como máximo, solo se da a tres personas.Pero a Higgs no le preocupa, porque ahora su única aspiración es continuar con su vida de jubilado. «El único problema, creo, es que tendré que eludir a la prensa», dijo.
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