Un encuentro científico en París ha expuesto varios avances en este sentido, como unos «metamateriales» que desvían la luz de los objetos haciéndolos imperceptibles al ojo humano
EFE 23 de mayo de 2012
Casi todo el mundo ha soñado alguna vez con ser invisible. A día de hoy, parece una utopía. Pero hay científicos que ya están trabajando en este viejo anhelo humano. La tecnología para conseguir la invisibilidad en el campo de la óptica ha abierto la puerta a su aplicación en otros ámbitos, como el sonido, la temperatura y las ondas sísmicas, avances que fueron expuestos hoy en París en un encuentro científicotitulado «Invisibilidad: ¿sueño o realidad?». En el coloquio, organizado por el Centro Nacional de Investigación Científica francés (CNRS), se reunieron algunos de los principales expertos que trabajan sobre el tema.
Los científicos participantes enumeraron las aplicaciones más recientes de la invisibilidad. Esta es lograda a través de los llamados «metamateriales», unas estructuras desarrolladas artificialmente que hacen que la luz esquive objetos tridimensionales volviéndolos invisibles. El director de investigación del CNRS, Claude Amra, recalcó que el objetono desaparece realmente, sino que es «protegido» por el metamaterial interpuesto entre este y el ojo humano. La idea de «protección» ha sido clave para trasponer la invisibilidad a otros ámbitos de la física, señaló Claude Amra.
En este sentido, los últimos trabajos han logrado conseguir que, más allá de la luz, otras ondas como las del sonido y el conjunto de las electromagnéticas sorteen el objeto susceptible de ser «protegido», que al no absorberlas ni rebotarlas, queda resguardado de ellas. Como ejemplo de estos logros, el investigador del CNRS Sébastien Guenneau citó las capas antitsunami y antiseísmo sobre las que él trabaja, consistentes en un dispositivo de anillos concéntricos de distintos materiales que rodean un objeto y desvían así las ondas de él.
El padre de los «metamateriales», el científico británico John Pendry, que también asistió al encuentro, los descubrió a finales de los años ochenta, pero no fue hasta principio de este siglo cuando comenzó a intuir y explorar las aplicaciones prácticas que podrían tener. Entretanto, el científico francés André de Lustrac, que también participaba en la conferencia, sugirió que en el futuro la noción de invisibilidad podría aplicarse no sólo al espacio, sino también al tiempo.
Por tanto, la invisibilidad es, hoy por hoy, un sueño de libros e historias de ciencia ficción, que está empezando a tener pequeños experimentos o aplicaciones en el ámbito científico. Aunque, con avances como estos expuestos en París, parece que hacer un objeto o persona imperceptible al ojo humano está un poco más cerca.
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