NACHO MIRÁS / la voz 03 de abril de 2012

La construcción, una casa unifamiliar, tendrá constructivamente una doble piel de madera y hormigón blanco, con niveles de aislamiento excepcional. En su construcción también se tendrán en cuenta medidas bioclimáticas para conseguir que tienda al consumo energético «casi nulo», mediante una buena orientación, aleros, patios interiores y ventilación con sistemas mecánicos de recuperación de calor y refrigeración a través de pozos canadienses.
El objetivo que se persigue es emplear materiales de construcción con ecoetiquetas, y la madera de las fachadas y de los revestimientos interiores dispondrá de sellos FSC.
El promotor ha decidido también certificar el proyecto con el estándar Passivhaus, que complementa los créditos de eficiencia energética y calidad del aire Breeam, de manera que Villa Ana aspira a convertirse en la primera vivienda certificada con ambos sellos de sostenibilidad del mundo.
El asesor Breeam ES encargado del registro es Ángel Bobes Arias, de Eurocontrol. La casa dispondrá de dos plantas y apostará por el empleo de fuentes renovables para realizar los aportes de energía, geotermia para los suelos radiantes y acumuladores solares para climatizar la piscina.
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