En Mazaricos estos días se habla bastante más del ingenio de unos cuantos que de la prima de riesgo o la caída de las bolsas. Y es que lo último que se les ocurrió a los simpáticos de siempre fue, nada menos, que pintar varios caballos que pastaban en una finca próxima al núcleo de Maroñas. Los elegidos fueron los dos ejemplares blancos del grupo, que quedaron cubiertos de rayas y círculos de color verde, es de suponer que en un claro guiño artístico al entorno herbáceo en el que se encontraban.
El lugar de los hechos está al pie de la carretera Santa Comba-Muros, por donde pasan cientos de coches. Fueron muchos los que no quisieron dejar pasar la oportunidad de ver más de cerca los decorados y pacíficos animales e incluso fotografiarlos con sus móviles.
Nada se sabe, por el momento, del autor o autores de la trastada, ni mucho menos de la cara que se le quedó al propietario de los caballos tuneados.
Lástima de coz.
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