R. Romar / La Voz 3/10/2011
Caléndulo-Parietarietum judaicae o Cocheario-Matricarietum. Probablemente no haya oído hablar en su vida de estos dos nombres, pero son dos formaciones vegetales únicas en el mundo que solo aparecen en las islas Cíes y Ons, en el parque nacional de las Illas Atlánticas. Seguro que le suena más la gaviota patiamarilla. Es la más común de su especie. Pero lo que poco se puede imaginar es que existe una relación directa entre estas aves y las plantas. Los excrementos de las gaviotas, en concreto, y las plumas o las crías muertas son los responsables de la singular aparición de las comunidades vegetales.
¿Por qué? Porque aportan valiosos nutrientes como el fósforo y el nitrógeno, fundamentalmente, que contribuyen a fertilizar la vegetación de los acantilados de las islas, en un proceso biogeoquímico que en las Cíes o en Ons adquiere una mayor relevancia que en cualquier otro lugar del mundo, ya que es aquí donde existe no solo la mayor colonia de gaviota patiamarilla del planeta, sino también, y con mucha diferencia, la mayor densidad de población. Solo un dato: en las islas Cíes viven actualmente 18.500 parejas reproductoras. A esta conclusión llegó un equipo de científicos de la Universidade de Santiago coordinados por el investigador vigués Xosé Luis Otero Pérez. Es la primera aproximación de un estudio iniciado a principios de año y financiado, en una convocatoria a la que se presentaron más de cien proyectos de toda España, por la Red de Parques Nacionales del Ministerio de Medio Ambiente. La iniciativa está gestionada por la Consellería de Medio Rural, que también colabora con el equipo investigador.
«As gaivotas -explica Xosé Luís Otero- aportan moitos nutrientes ao chan, o que condiciona as comunidades de plantas que existen nas illas». Sobre este aspecto, el investigador abunda en el hecho de que estas aves «alteran as condicións naturais destes ambientes e a fertilidade do solo». Por este mismo efecto fertilizador también se ven beneficiadas otras especies vegetales raras, endémicas o amenazadas que, en todos los casos, están protegidas por la Red Natura.
El objetivo último del estudio es ofrecer una visión integradora de cómo las comunidades de gaviotas modifican los procesos biogeoquímicos de las islas y determinan la distribución de hábitats y especies. Los resultados contribuirán a entender mejor la relación suelo-planta y su relevancia en cuanto a la conservación y distribución de hábitats y especies.
De momento, este es el primer resultado, por lo que los investigadores centran ahora su análisis en comprobar los posibles efectos que la abundancia del nitrógeno y, sobre todo el fósforo, puede presentar también en la productividad de las aguas que rodean al parque nacional.
El caso del fósforo es especialmente importante, ya que sus niveles son hasta cincuenta veces más elevados que en la zona de control establecida en Cabo de Home, lo que significa que el suelo ya no tiene más capacidad de absorber este elemento químico, que permanece en concentraciones altas durante todo el año. Es entonces cuando, por efecto del arrastre de las lluvias, va a parar al mar, lo que provocaría unos efectos aún no determinados.
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