Rocío Pita Parada 16/4/2010
No fue Michael Hart, ni en Illinois, ni tampoco ocurrió en el año 1971. El primer libro electrónico lo inventó doña Angelita, una maestra ferrolana que se adelantó más de medio siglo a su tiempo. Lo acredita una patente de invención otorgada en 1949 y también el modelo de enciclopedia mecánica que se construyó, siguiendo sus indicaciones, en el Parque de Artillería de Ferrol.
Ángela Ruiz Robles (1895-1975) visionó la era de las pizarras digitales con varias décadas de antelación. Una mente privilegiada y una profunda vocación por la pedagogía y la educación ideó el primer precedente del e-book con tres objetivos: aligerar el peso de las mochilas de los niños, hacer más atractivo el aprendizaje y adaptar la enseñanza al nivel de cada estudiante. Tomó forma en los talleres militares ferrolanos en una suerte de artefacto con carretes que en la década de los sesenta la prensa consideró que «rozaba el mundo de la abstracción». Se construyó con los materiales de entonces y por ello, consideran sus descendientes, no llegó a convertirse en libro electrónico. Constaba de dos partes: la primera, de conocimientos básicos: lectura, escritura, numeración y cálculo. Haciendo presión en abecedarios y números se formaban sílabas, palabras y lecciones. La segunda, funcionaba con bobinas, cada una dedicada a una materia. Todo bajo una lámina transparente e irrompible, con cristal de aumento. Y con luz, para que se pudiese leer en la oscuridad. Además, podía incorporar sonido con las explicaciones de cada tema. Todo en el tamaño de un libro, «de facilísimo manejo y peso insignificante», describía la propia autora.
Los norteamericanos echaron el ojo al invento y hubo quien desde Washington intentó comprarle la patente «Libros cuyo funcionamiento es mecánico, eléctrico y a presión de aire». Sin éxito. Doña Angelita, maestra en Mandiá, la escuela obrera y directora del colegio Ibáñez Martín, quería que el invento se quedase en Galicia y sobre todo, en su ciudad, donde su figura ha sido recordada por el Concello de Ferrol. Un año de trabajo del programa municipal Ferrol en feminino que recupera la memoria histórica de las mujeres que construyeron ciudad, ha derivado en la publicación de un libro y la exposición itinerante que incluye la figura de Ángela Ruiz Robles. Además, la Festa do Libro e da Palabra, que se celebrará en la ciudad naval la próxima semana, incluirá una charla sobre la mujer que premonizó el libro electrónico, a cargo de una de sus nietas.
Ángela Ruiz Robles (1895-1975) visionó la era de las pizarras digitales con varias décadas de antelación. Una mente privilegiada y una profunda vocación por la pedagogía y la educación ideó el primer precedente del e-book con tres objetivos: aligerar el peso de las mochilas de los niños, hacer más atractivo el aprendizaje y adaptar la enseñanza al nivel de cada estudiante. Tomó forma en los talleres militares ferrolanos en una suerte de artefacto con carretes que en la década de los sesenta la prensa consideró que «rozaba el mundo de la abstracción». Se construyó con los materiales de entonces y por ello, consideran sus descendientes, no llegó a convertirse en libro electrónico. Constaba de dos partes: la primera, de conocimientos básicos: lectura, escritura, numeración y cálculo. Haciendo presión en abecedarios y números se formaban sílabas, palabras y lecciones. La segunda, funcionaba con bobinas, cada una dedicada a una materia. Todo bajo una lámina transparente e irrompible, con cristal de aumento. Y con luz, para que se pudiese leer en la oscuridad. Además, podía incorporar sonido con las explicaciones de cada tema. Todo en el tamaño de un libro, «de facilísimo manejo y peso insignificante», describía la propia autora.
Los norteamericanos echaron el ojo al invento y hubo quien desde Washington intentó comprarle la patente «Libros cuyo funcionamiento es mecánico, eléctrico y a presión de aire». Sin éxito. Doña Angelita, maestra en Mandiá, la escuela obrera y directora del colegio Ibáñez Martín, quería que el invento se quedase en Galicia y sobre todo, en su ciudad, donde su figura ha sido recordada por el Concello de Ferrol. Un año de trabajo del programa municipal Ferrol en feminino que recupera la memoria histórica de las mujeres que construyeron ciudad, ha derivado en la publicación de un libro y la exposición itinerante que incluye la figura de Ángela Ruiz Robles. Además, la Festa do Libro e da Palabra, que se celebrará en la ciudad naval la próxima semana, incluirá una charla sobre la mujer que premonizó el libro electrónico, a cargo de una de sus nietas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario