La flor que modificó una autovía

Los botánicos controlan que las obras del nuevo vial Lugo-Santiago no dañen la «Santolina melidensis», una especie única en el mundo

SUSO VARELA / LA VOZ, 31/05/2021

JUAN RODRIGUEZ OUBIÑA

Cuando a principios del actual siglo se decidió -por presiones políticas, empresariales y vecinales- acercar la autovía Lugo-Santiago (A-54) desde la zona del río Ulla hacia la sierra de O Careón pocos se podrían imaginar que ese cambio de trazado obligaría veinte años después a tomar unas medidas de protección tan estrictas para salvaguardar especies de flora endémicas, especialmente la Santolina melidensis, un arbusto único en el mundo que tiene su hábitat en la confluencia de los municipios de Palas y Santiso.

Los que sí advirtieron de que aquella modificación de la autovía tendría consecuencias fueron asociaciones de custodia del territorio (llevaron el caso al Parlamento Europeo y a la Audiencia Nacional) e investigadores del Departamento de Botánica de la USC, estudiosos desde hace años de las especies amenazadas en esta zona integrada en el LIC Serra do Careón.

«O dano xa está feito, agora nós o que estamos a facer é a reparar minimamente as consecuencias das obras e a controlar como afectará o tráfico á flora endémica», explica Roi Carballal, que junto con Miguel Serrano son los investigadores de la USC que se encargaron de realizar para la adjudicataria del tramo Palas-Melide (Acciona) el informe de medidas compensatorias que tanto la Xunta como el Gobierno reclamaron ante los daños a las citadas plantas, y que incluyen cambios en el diseño y el trazado de dos viaductos.

«As modificacións que se propuxeron axudarán a que haxa menos superficie afectada, xa que as pontes son máis curtas, serán de taboleiro único e haberá menos movementos de terras», explica Carballal. Las obras en ambos viaductos, el del río Seco y el del Careón, están avanzadas. Los investigadores acuden con frecuencia a vigilar cómo sobreviven las especies más cercanas a la autovía. «Fixemos translacións a terras que forman parte da expropiación dos terreos e que non se empregarán nas obras, e estamos a analizar como lles afectan eses cambios», explica el profesor de la USC.

Las tres plantas protegidas y que forman parte del Catálogo Galego de Especies Ameazadas son Leucanthemum gallaecicum, Armeria merinoi y Santolina melidensis. La última es la que más preocupa a los botánicos. «Son especies que viven en áreas serpentínicas, formadas por rochas con altas concentracións de magnesio e metais pesados, que xunto cunha zona térmica concreta do val do Ulla provocaron que durante séculos se formase como unha especie de illa onde foron evolucionado e adaptándose», explica Roi Carballal.

Este tipo de suelos solo se hallan en un 1 % del planeta, por lo que las plantas que viven en ellos son únicas en el mundo, como sucede con Santolina melidensis. Este arbusto, que destaca a nivel visual cuando florece, quedó aislado en períodos de migraciones, y aunque tiene capacidad para nacer en suelos donde otras plantas no resistirían, la construcción de una autovía supone un reto para su supervivencia.

Una vez que terminen las obras de la A-54, el grupo de científicos de la USC hará durante cinco años un seguimiento y control de las especies que limiten con la autovía. «Non deberían ter problemas cos gases dos vehículos, porque elas mesmas xa nacen en rochas con metais pesados, pero temos que vixiar, por exemplo, os depósitos de restos de gomas das rodas e, sobre todo, a previsible entrada de especies invasoras a través da autovía, que poden competir mellor coas plantas protexidas».

La Asociación Custodia do Territorio compra y alquila tierras para su conservación

Las obras de la autovía y el cambio en dos viaductos de la A-54 para paliar los daños a las especies endémicas que habitan en la frontera de las provincias de Lugo y A Coruña han puesto en el foco el problema de esta flora amenazada. «Nos últimos anos perdeuse o 50 % da poboación dalgunhas delas polas alteracións que sufriron por concentracións parcelarias, plantacións de eucaliptos, incendios ou especies invasoras», explica Roi Carballal.

Este investigador destaca que por ejemplo Santolina melidensis no es capaz de vivir fuera del hábitat en el que se encuentra en la actualidad: «Pode sobrevivir un tempo, pero acaba morrendo, por iso dispoñemos na facultade dun banco de sementes e invernadoiros con cultivos que nos permiten facer plantacións e análises xenéticas sobre os cambios que deben afrontar ante as alteracións e as ameazas».

El grupo de investigación de la USC está involucrado en proyectos de estudio y divulgación de esta zona, con el apoyo de la Diputación de A Coruña, y busca fondos Life para llevar a cabo planes de conservación. Tienen como aliados a la Asociación Galega de Custodia do Territorio, que en los últimos años ha comprado o alquilado, a través del Banco de Terras de la Xunta, varias parcelas para preservar esta flora única en el mundo.

A pesar de las obras y de la circulación de la autovía, y de las citadas amenazas, que provocan daños a corto y medio plazo, Roi Carballal considera que el cambio climático sí que será, a largo plazo, el gran desafío para la supervivencia de estas especies.