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lunes, 12 de marzo de 2018

El mar en Galicia no baja de 10 grados

El fenómeno está relacionado con las corrientes y con el hecho de que la temperatura ambiente se comporta de una manera más dinámica que la del mar
Susana Acosta / La Voz, 12/03/2018
OSCAR VÁZQUEZ
La boya que MeteoGalicia tiene en las islas Cíes marcó el pasado miércoles 11,8 grados. Curiosamente, la temperatura ambiente en el archipiélago gallego en ese momento, a las seis de la tarde, era de 11,7 grados. El hecho de que ambas temperaturas coincidan se debe a la casualidad y en términos científicos resulta totalmente intrascendente. Lo que no es habitual es que el mar baje de los diez grados en estas latitudes. Un fenómeno que está relacionado con las corrientes y con el hecho de que la temperatura ambiente se comporta de una manera más dinámica que la del mar. La capacidad calorífica del agua es muy alta y habría que aportarle mucha energía a las grandes masas de agua, como la del océano, para cambiar su temperatura. De ahí que resulte complicado que varíe mucho: «En Galicia es raro que baje de diez grados, se debe a una cuestión de la circulación del agua y de la latitud a la que nos encontramos», explica Gonzalo González-Nuevo, biólogo del Instituto Español de Oceanografía de Vigo.
«La temperatura del agua depende de la energía solar que se proyecte y la capacidad que el océano tenga para disipar esa energía. Es decir, no es lo mismo si la reparte en un metro que en cien. Si no hubiese circulación, la temperatura sería la misma que la del aire, con un poco más de inercia. Pero las aguas se mueven por un cambio de marea, también por cambios en las corrientes de sur, de norte...», aclara.
Precisamente una de esas corrientes es la que provoca que en verano el agua esté tan fría. Se denomina afloramiento y se produce cuando el viento del norte provoca que las aguas más superficiales se desplacen mar adentro y sean sustituidas por las profundas, mucho más frías: «El afloramiento puede hacer que haya una diferencia de 10 grados con respecto a las zonas donde no se da ese fenómeno. Por ejemplo, en verano en Galicia el agua puede marcar diez o doce grados, mientras que en el Cantábrico, donde no se produce ese afloramiento, está a 20 grados», indica González-Nuevo, antes de explicar que incluso dentro de la misma zona existen área que sufren menos las consecuencias del afloramiento: «En la ría de Aldán, por ejemplo, que es una ría historias del tiempoperpendicular a otra, tiene una dinámica más reducida de entrada y salida del agua. De ahí que el afloramiento le afecte menos. Y la temperatura puede variar de doce a dieciocho grados en las zonas donde no afecta tanto este fenómeno», aclara el experto del Instituto Español de Oceanografía.

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