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jueves, 22 de febrero de 2018

«¿Nuestro tren? Va a mil por hora y estará listo en cinco años»

Su Hyperloop conquistó en su día al mismísimo Elon Musk, el cerebro de Tesla, pero ahora vuelan solos con su propio proyecto empresarial
Gladys Vázquez / LA VOZ, 21/02/2018

El tren español que viajará a mil por hora Gladys Vázquez / Senén Rouco
«¿Cuántos años tienes?» Es la primera e injusta pregunta que a uno le sale al ver cara a cara a Juan Vicén. «25 años», responde sonriente este joven ingeniero, menudo y rubio, que ha acaparado ya, junto a su equipo, más titulares de los que jamás habría soñado.
Minutos antes, durante su ponencia en el foro «XL Desafío», impulsado por XLSemanal en A Coruña, muestra al público un mapa de metro de Europa. La diferencia es que no es de metro. Lo que une las capitales del Viejo Continente es un tren que viajará a 1.200 kilómetros por hora, el Hyperloop.
Este futuro medio de transporte casi supersónico tiene más que nunca sello español. El grupo de Vicén se presentó al concurso convocado por Elon Musk, el cerebro de Tesla. Y sí, ganaron. Lo hicieron en la modalidad de diseño y propulsión. «Hemos pasado de la fase estudiantil a la empresarial. Aquella experiencia de Space X terminó en la idea. Vimos que lo que se estaba haciendo allí no era ideal para el Hyperloop real. Estamos haciendo nuestro propio diseño». Lo expresa considerando normal haberle dicho que no a Space X. De eso hace ya dos años, pero si algo tienen claro es que quieren que su tren sea real y que su escenario sea Europa. «Cuando vemos lo que ha pasado en tan poco tiempo, nos da más coraje y toda la energía que necesitamos para seguir adelante. Si hemos llegado hasta aquí, ¿por qué no podemos seguir». Juan lo dice como portavoz del grupo de cinco estudiantes de la Politécnica de Valencia que eran entonces. Ellos hicieron un «desde España para el mundo». Sus ideas vencieron a Harvard o a Berkeley. A día de hoy, ya son once profesionales trabajando a tiempo completo en Lanzadera, la aceleradora de empresas de Juan Roig. «Necesitamos hacer esto por nuestra cuenta. Estamos haciendo nuestro propio prototipo a escala 1:4. En dos años queremos probarlo a gran velocidad. Una vez testado ese tamaño, queremos realizar el proyecto a escala real. Es decir, queremos el tren listo para funcionar en cinco años».
El futuro, en el 2023
Si todo sigue así, el Hyperloop será real en el 2023. Un tren que circulará como mínimo a 1.000 kilómetros por hora, «siempre teniendo en cuenta la velocidad del sonido. No puede ir más allá de los 1.200. Pero ya superaríamos el doble de la velocidad actual. El tren viajaría por un tubo, bajo tierra o en superficie. Podría incluso circular bajo el agua. Conectaríamos capitales europeas en media hora. En el caso de Madrid-París, por ejemplo, estaríamos en la hora», explica.
Este convoy no viajará por raíles. O sí, pero lo hará levitando. «La infraestructura necesaria sería parecida a la del tren tradicional. Ya estamos hablando con compañías con experiencia en el sector. El tubo por el que viajaría tendría energía con paneles solares y el vehículo en sí se movería por propulsión gracias a baterías de litio». Y con esto anuncia otro de sus objetivos: «Este es el transporte del futuro», sentencia enérgico, «y esa nueva forma de moverse tiene que ser sostenible porque sabemos que en el futuro va a crecer la población y, por lo tanto, el número de personas que se van a desplazar. El transporte de hoy en día tiene unos consumos excesivos. Eso se puede reducir así, con el consumo de renovables. Nuestro vehículo consumiría menos recursos y sin emisiones», argumenta.
Mientras, Juan Vicén no oculta que su corazón está dividido entre la ingeniería y la comunicación. «Sí, me llaman para muchas ponencias y la verdad es que me encanta contar lo que hacemos y que la gente lo entienda. Estamos felices por poder contar que este proyecto se desarrolla aquí. Uno de los próximos retos es crear la pista donde probarlo y, entre varias localizaciones, está España. No descartamos otros lugares, pero ojalá pueda ser aquí». Y es que, a pesar de tratarse de un proyecto «con estrella» la búsqueda de financiación no para en ningún momento. Es la lucha del emprendedor. Juan sabe que su nombre es ahora reconocido, pero que eso le ha cambiado poco la vida. «No somos ricos. Igual sí un poco conocidos. Seguimos trabajando doce horas y las que haga falta».


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