Xoán Ramón Alvite / LA VOZ, 28/10/2017
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| ERIC GAILLARD | REUTERS |
La mantequilla se ha convertido en un asunto de Estado en Francia. La creciente demanda de esta materia prima en los mercados mundiales amenaza la fabricación de los tradicionales cruasanes, uno de los productos más representativos del país. Bien sea por el espectacular aumento del precio que viene registrando en el último año -prácticamente se ha duplicado, pasando de los 3.800 dólares por tonelada de octubre del 2015 a los más de 6.000 actuales-, bien por el desabastecimiento que empieza a registrarse en algunas superficies comerciales, lo cierto es que en territorio galo se han encendido todas las alarmas.
Tanto es así que el propio ministro de agricultura, Stéphane Travertv, se ha visto obligado a comparecer en público para señalar que se trata de una situación puntual y que los precios, con la llegada del otoño y el previsible aumento de la producción, bajarán de forma sensible. Al mismo tiempo anunció la solicitud de un mediador comercial que reúna a industrias lácteas y de distribución alimentaria con el fin de buscar una solución a esta crisis.
Palabras que, sin embargo, parecen haber tenido poco éxito entre los ciudadanos de regiones como Bretaña o Normandía, dos de las más afectadas por el desabastecimiento de mantequilla.Tampoco entre las asociaciones más representativas del sector pastelero, que han anunciado subidas importantes en los precios de sus productos si la situación no mejora a corto plazo. De hecho, los cruasanes -una cuarta parte de su receta tradicional es la mantequilla- ya han experimentado durante la última semana un repunte del 20 % en la mayor parte del país.
La escasez de mantequilla en el mercado ya fue pronosticada hace unos meses por el Observatorio Lácteo de la Unión Europea, que estimaba un déficit de este producto a final de año superior a los 60 millones de toneladas. Idénticas previsiones publicaba el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), que apuntaba a un consumo récord en el mes de diciembre de 9,7 millones de toneladas, un 3,5 % más que el año precedente, cuando el aumento de la producción lechera apenas alcanzaría el 2,5 %.
En general, el mercado lácteo mundial no está preparado para la producción de mantequilla. Durante los últimos años, la industria láctea, centrada en la producción de leche en polvo, ha apostado de forma más directa por la proteína que por la grasa.
Otro tanto han hecho las explotaciones lácteas de Galicia, que se han preocupado de disponer de vacas con altas producciones y no tanto de animales que den leche con un alto contenido en grasa, ingrediente principal de la mantequilla.
La materia prima de las frisonas, predominantes en el campo gallego, ronda el 3,8 % de grasa, lejos de otras razas vacunas como la jersey, que promedia un 5 %. En este sentido, muchas granjas gallegas están empezando a incorporar a sus rebaños este tipo de animales de origen británico con el fin de aumentar sus porcentajes, habida cuenta de las suculentas primas que empieza a abonar la industria para la leche con un alto contenido en grasa.
El alza no llega al ganadero
La tendencia al alza que registran los precios de los derivados lácteos en los mercados globales sigue sin tener su reflejo en el importe que reciben los productores por cada litro que entregan a la industria.
Al menos, no en Galicia, que, pese a ser la comunidad en la que más se revalorizó la materia prima en el último año, sigue siendo,con poco más de 30 céntimos, el territorio con peores cifras del estado. Muy lejos de la media comunitaria, que supera los 36 céntimos y que, paradójicamente, según la propia Comisión Europea, sigue sin reflejar el aumento de las cotizaciones lácteas. El Ejecutivo comunitario cree que el precio que debería alcanzar la leche en origen teniendo en cuenta la revalorización de productos como la mantequilla debería ser próximo a los 40 céntimos.
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