E. V. PITA / la voz 10 de diciembre de 2012
La viguesa Ángeles Durán, que se proclamó dueña del Sol ante notario en el 2011, estudia un proyecto para subastar o vender parcelas del astro rey en el portal de compras eBay. La idea, según explicó, debe madurar más, pero consistiría en sacar a puja parcelas de uno a diez metros cuadrados con precios de salida que rondan los 10 euros la unidad. Los beneficios irían destinados a «los más desfavorecidos, entre ellos los desahuciados que han perdido su vivienda».
La promotora de esta iniciativa aún no ha puesto fecha para lanzar la oferta. Durán, que es perito judicial, estudia, con apoyo de colaboradores, cómo sacarle rendimiento a su nueva posesión. En su día manejó cobrar un canon por la luz solar y destinar los beneficios a causas sociales. El proyecto más viable es una venta en Internet de parcelas de la estrella. Habría negocio para rato porque el diámetro es de casi 1,4 millones de kilómetros.
Durán está inmersa ahora en un pleito mercantil en Vigo contra la SGAE para reclamarle los ingresos correspondientes a los derechos de propiedad intelectual desde el 2008 de la partitura del grito de Tarzán, necesaria para que suene en los teléfonos móviles. Alega que registró la notación musical de la llamada de la selva del rey de los monos y que, sin esa versión, «única autorizada», no podría reproducirse digitalmente: «Las webs cobran 6 euros por descargar La Llamada, como lo he titulado, y la SGAE no me paga nada pese a sus promesas».
La promotora de esta iniciativa aún no ha puesto fecha para lanzar la oferta. Durán, que es perito judicial, estudia, con apoyo de colaboradores, cómo sacarle rendimiento a su nueva posesión. En su día manejó cobrar un canon por la luz solar y destinar los beneficios a causas sociales. El proyecto más viable es una venta en Internet de parcelas de la estrella. Habría negocio para rato porque el diámetro es de casi 1,4 millones de kilómetros.
Durán está inmersa ahora en un pleito mercantil en Vigo contra la SGAE para reclamarle los ingresos correspondientes a los derechos de propiedad intelectual desde el 2008 de la partitura del grito de Tarzán, necesaria para que suene en los teléfonos móviles. Alega que registró la notación musical de la llamada de la selva del rey de los monos y que, sin esa versión, «única autorizada», no podría reproducirse digitalmente: «Las webs cobran 6 euros por descargar La Llamada, como lo he titulado, y la SGAE no me paga nada pese a sus promesas».
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