Gijón vuelve a batir el récord de escanciado simultáneo

El Comercio 26-08-2011

Botella en alto, vaso abajo y sidra para todos. Una vez más se ha conseguido. Ayer la Playa de Poniente se convirtió en el mayor chigre asturiano y la sidra caía con más ganas que nunca, como si supiera lo que se jugaba. El objetivo no era otro que conseguir el récord mundial de escanciado simultáneo y 7.576 personas lo hicieron posible.

Quienes venían de fuera, los que estos días visitan Gijón, no daban crédito. «¿Para qué es esta cola?, ¿qué hace toda esa gente en la playa?», se preguntaba Luis Fernández, de Madrid. La respuesta, muy sencilla: hacer historia. Lo único necesario era un vaso, así de fácil. La botellina de sidra la ponía la organización, denominación de origen esta vez. Ante una iniciativa así, muy pocos se negaron: disfrutar de la bebida de oro en un marco incomparable y, además, gratis.

A las siete de la tarde la gente se acercaba a la playa, bolsa en mano y vaso a resguardo. La cola se aproximaba ya hasta los Jardines de la Reina y algunos comentaban «nunca la vi llegar hasta aquí». Poco a poco la arena se iba llenando de colores y quedando sin hueco. Rosalía Fuentes era una de esas cabezas que se observan desde el paseo. Ella es una asidua a esta cita. «Vengo de Oviedo todos los años porque me parece fantástico», afirmaba.

Este año la fiesta contó todavía con un aliciente más. Laura Sánchez tiene 25 años y es de Pola de Siero. Sufre una parálisis cerebral y ayudarla es muy sencillo. Todos los participantes recibieron una dirección de correo eléctronico en la que votar para conseguir, gracias a un concurso nacional, mejoras tecnológicas para su silla de ruedas. Si el récord es además solidario, mejor.

El tiempo pasaba, mientras la Banda de Gaitas Villa de Xixón ponía la música y Manfredo el toque de humor. Algunos como Marcos Iglesias empezaban a cortar la empanada para «saciar un poco la fame». Cada vez quedaba menos y la gente se animaba. «Vamos, entrad», animaba Paula Arias a sus amigas. «Lo conseguiremos, estoy segura», reconocía. Y así fue. A las nueve de la noche el récord se hacía realidad. Eran 7.576 las personas presentes en la Playa de Poniente, cuando el año anterior se quedaron en 7.273.

Entre todos, formaron un mar verde, casi tan bonito como el que estaba al fondo. Llovía sidra sin parar. El viento hacía que el tesoro líquido de la región cayera con más facilidad en el vaso vecino que en el propio, pero lo importante estaba hecho. Se había conseguido.

Litros de sidra se escanciaron durante la tarde de ayer, pero el fin de semana guarda mucha más. Hoy y mañana los largueros de la plaza Mayor y del Marqués seguirán llenando de bebida tradicional los buches de todos los que se acerquen hasta la fiesta. Sin duda, es una de las que mejor sabor de boca deja.