S. Garrido 28/5/2009
El enunciado de la actividad aporta las claves básicas: De Orchilla a Finisterre: Medida de la circunferencia de la Tierra según el experimento de Eratóstenes. En efecto, estudiantes del instituto Fin do Camiño de Fisterra y del Finis Terrae, cercano a Orchilla, en la isla canaria de El Hierro (provincia de Tenerife), experimentaron ayer una sensación de asombro similar a la que debió de tener un genial matemático de origen libio hace 24 siglos. No es para menos: con la sombra de una simple vara se puede conocer el radio de la Tierra. Por tanto, su diámetro y circunferencia. Los mundos de ayer y de hoy son lejanos, pero los cálculos no han variado.
Este experimento surge de la inquietud de los responsables de la Casa de las Ciencias de A Coruña y del Museo de la Ciencia y el Cosmos de Tenerife. Dado que en el 2009 se celebra el Año Internacional de la Astronomía, los científicos pensaron en conmemorarlo de una manera singular en la que los «verdaderos protagonistas fuesen los escolares», señala Marcos Pérez, responsable de la Casa de las Ciencias, que ayer se desplazó hasta el centro fisterrán para enseñar esta sencilla técnica de medida. La elección de los dos institutos tiene un componente simbólico: uno, el canario, es el occidente absoluto de España, donde estaba el fin del mundo conocido, una Fisterra insular. El otro es el legendario fin de la tierra, el extremo del territorio peninsular español.
Y es que son precisos dos puntos para realizar los cálculos, además de elegir el mismo momento del día. Básicamente, se eleva la vara, que a su vez proyecta una sombra sobre el suelo. La altura del sol sobre el horizonte es distinta, porque cada punto está en una latitud. Así que existe una diferencia angular que hay que poner en relación con los 360 grados totales del globo. Con esos datos y la distancia a la que están un lugar del otro, se halla el radio del planeta. Eratóstenes hizo sus cuentas entre Alejandría y la antigua Siena, hoy Asuán. Para saber qué distancia había entre uno y otro lugar, encargó al jefe de una caravana que la midiese, algo que entonces se hacía en estadios (los metros son muy posteriores, cada estadio equivale a unos 157,5). Le salieron 39.375 kilómetros de circunferencia, solo 564 por debajo de los 39.939 del perímetro polar.
Ayer, en Fisterra, tras el mismo experimento realizado en torno a las 14.30 horas (mediodía solar, no el del huso horario), el margen de error de los alumnos estuvo entre el 3 y el 4%, casi nada. El margen de asombro y satisfacción sí que fue de muchos grados.
El enunciado de la actividad aporta las claves básicas: De Orchilla a Finisterre: Medida de la circunferencia de la Tierra según el experimento de Eratóstenes. En efecto, estudiantes del instituto Fin do Camiño de Fisterra y del Finis Terrae, cercano a Orchilla, en la isla canaria de El Hierro (provincia de Tenerife), experimentaron ayer una sensación de asombro similar a la que debió de tener un genial matemático de origen libio hace 24 siglos. No es para menos: con la sombra de una simple vara se puede conocer el radio de la Tierra. Por tanto, su diámetro y circunferencia. Los mundos de ayer y de hoy son lejanos, pero los cálculos no han variado.
Este experimento surge de la inquietud de los responsables de la Casa de las Ciencias de A Coruña y del Museo de la Ciencia y el Cosmos de Tenerife. Dado que en el 2009 se celebra el Año Internacional de la Astronomía, los científicos pensaron en conmemorarlo de una manera singular en la que los «verdaderos protagonistas fuesen los escolares», señala Marcos Pérez, responsable de la Casa de las Ciencias, que ayer se desplazó hasta el centro fisterrán para enseñar esta sencilla técnica de medida. La elección de los dos institutos tiene un componente simbólico: uno, el canario, es el occidente absoluto de España, donde estaba el fin del mundo conocido, una Fisterra insular. El otro es el legendario fin de la tierra, el extremo del territorio peninsular español.
Y es que son precisos dos puntos para realizar los cálculos, además de elegir el mismo momento del día. Básicamente, se eleva la vara, que a su vez proyecta una sombra sobre el suelo. La altura del sol sobre el horizonte es distinta, porque cada punto está en una latitud. Así que existe una diferencia angular que hay que poner en relación con los 360 grados totales del globo. Con esos datos y la distancia a la que están un lugar del otro, se halla el radio del planeta. Eratóstenes hizo sus cuentas entre Alejandría y la antigua Siena, hoy Asuán. Para saber qué distancia había entre uno y otro lugar, encargó al jefe de una caravana que la midiese, algo que entonces se hacía en estadios (los metros son muy posteriores, cada estadio equivale a unos 157,5). Le salieron 39.375 kilómetros de circunferencia, solo 564 por debajo de los 39.939 del perímetro polar.
Ayer, en Fisterra, tras el mismo experimento realizado en torno a las 14.30 horas (mediodía solar, no el del huso horario), el margen de error de los alumnos estuvo entre el 3 y el 4%, casi nada. El margen de asombro y satisfacción sí que fue de muchos grados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario