César González Crespán confecciona 27 mapas del mundo conocido en el siglo II
Jorge Lamas / LA VOZ, 19 may 2025
«Habitualmente, imagina que la Geografía, de Claudio Ptolomeo, es una árida sucesión de 6.238 lugares, y se limitan a eso», puntualiza César González Crespán, un ingeniero vigués de profesión y astrónomo e historiador de vocación, que ha realizado el magno trabajo de convertir el libro del polifacético autor del siglo II en un conjunto de mapas esquemáticos mediante veintisiete hojas de cálculo, además de aportar teorías singulares respecto a algunos lugares en Galicia nombrados por la geografía clásica.
Explica el investigador que el mencionado libro determina los diferentes lugares del mundo conocido en su época mediante su longitud y latitud geográficas. Este método, le permite confeccionar un mapa general del orbe de su tiempo y otros 26 de distintas regiones.«Esto lo vengo estudiando desde el año 2016. No solo me he metido con la geografía, me he metido también con el Almagesto, otro libro de Ptolomeo que recoge 1.022 lugares de estrellas, determinadas por su longitud y latitud eclípticas», continúa relatando.
En una hoja de cálculo de Excel, César González Crespán fue estableciendo un eje de abscisas para situar las longitudes geográficas desde el meridiano 1 de las Islas Canarias, y otro eje para las latitudes, desde el ecuador. Y le salen los mapas de los lugares nombrados por Ptolomeo, naturalmente con las imprecisiones de los datos que manejaba, que eran referencias de navegantes y viajeros realizadas con métodos defectuosos. Claudio Ptolomeo también empleó como fuentes publicaciones de Pomponio Mela, Estrabón o Polibio.
«El trabajo lo presenté hace algo más de dos años en la Biblioteca del Instituto Geográfico Nacional, y me dijeron que lo iban a catalogar», afirma el ingeniero. En ese tiempo, César González Crespán habló con Ignacio Menéndez-Pidal de Navascués, profesor de Caminos de Madrid, para que le ayudase a ordenar y corregir su trabajo. El resultado ha sido publicado en El Nuevo Miliario, revista especializada en geografía histórica.
En su estudio, el ingeniero e investigador vigués se guio por los cálculos de longitud y latitud que hacían los antiguos, teniendo en cuanta las horas equinocciales y las horas de distancia a Alejandría. Para ello, empleaban el astrolabio plano y los signos zodiacales, que era como dividían el firmamento en aquella época. A ello, añadían el estudio de las horas de inicio de los eclipses de Luna y la medición de la altura del polo, que equivale a la latitud.
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M.MORALEJO
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Para realizar su trabajo, González Crespán siguió la traducción del francés de la Geografía realizada por un clérigo francés en 1827, el padre Halma. «Falleció en 1828 y no desarrolló los mapas, es decir, su trabajo terminó ahí, porque él ya, en ese momento, no llegó a hacer el desarrollo de los mapas. En los siglos XV y XVI se hacían traducciones de la Geografía de Claudio Ptolomeo y del Almagesto y se entendía esto, porque hoy no se entiende tan bien», sentencia.
Estos mapas ya se hacían en el siglo XV, y no eran mapas artísticos, sino que estaban tomadas las latitudes, aunque no de la totalidad de los lugares. «Hay pequeñas discrepancias que pueden provenir de las traducciones, date cuenta de que los griegos anotaban los números con sus propias letras, y los textos son muy antiguos, los códices que se conservan, pues hay del monte Atos, están los de la biblioteca del rey de Francia, que tienen unas procedencias semejantes».
El investigador dice que las Casitérides eran las islas de las rías de Arousa y Pontevedra
En su amplio trabajo, César González Crespán realizó un mapa propio de Galicia, aunque, a diferencia del resto de los mapas, en este caso, lo embelleció para mejor comprensión de los espectadores. En él aparecen situadas las islas Cíes, aunque un poco desplazadas hacia el sur; diez ubicadas en las bocas de las rías de Pontevedra y Arousa; y, más al norte, las Sisargas, identificadas en la Geografía como «tres rocas blancas». En ese mapa, el investigador cree que se situaban las diez islas Casitérides, que tradicionalmente se relacionaban con las islas del estaño.
César González Crespán opina que son Onza, Ons, O Grove (que antiguamente era una isla mareal), Sálvora, Arousa, Cortegada y otras islitas menores de la zona. En total son, aproximadamente, unas diez. «Creo que el mito del estaño surgió en tiempos antiguos. Ptolomeo se refería al color del estaño, no a que tuvieran minas de estaño», aclara el investigador.
«En cuanto a la denominación de las Islas de los Dioses, creo que, en realidad, se refería al color dorado; mientras que las Sisargas está clara su posición en el mapa, aunque muy hacia el norte, sus posiciones relativas encajan», concluye el investigador vigués. César González Crespán afirma que en la Geografía, de Claudio Ptolomeo, también aparece reflejado el nombre de Vigo, aunque como Vica o Voeca, aunque muy deslocalizado en su ubicación, «como se corresponde a unos mapas, los del siglo segundo después de Cristo, que determinaban la posición de los lugares por aproximaciones, fundamentadas en los relatos de los viajeros y navegantes de la antigüedad clásica».
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