López Penide 21/1/2010
Que los vinilos están resurgiendo con fuerza es un hecho ineludible. Ya no solo porque cada vez son más los solistas y grupos que, además del soporte digital, se decantan por el disco con surcos de toda la vida, sino que también, atendiendo a un reciente robo ocurrido en Pontevedra, parecen haberse convertido en un codiciado botín para los amigos de lo ajeno.
La Policía Nacional tuvo conocimiento de este suceso el pasado lunes cuando la propietaria de una vivienda de Pontevedra, que en la actualidad está deshabitada, denunció la sustracción de más de cuatrocientos vinilos.
Las pesquisas de los investigadores pudieron determinar el modus operandi que había empleado el ladrón. De este modo, la hipótesis que se maneja apunta a que el caco saltó un muro de tres metros de altura que bordea la propiedad. De ahí a forzar uno de los accesos de la vivienda apenas hubo un paso.
Ya dentro de la casa, al caco únicamente le quedó arramplar con los cuatrocientos discos y poner pies en polvorosa. De hecho, para salir del inmueble, tuvo que arrancar «los hierros que rodeaban el candado que cerraba el portalón», reseñó ayer una portavoz de la Comisaría.
Y es que con todos los discos a cuestas debía ser complicado volver a salir por donde había entrado, esto es, salvando un obstáculo de tres metros de altura. Por poco que pesen, cuatrocientos vinilos suman una carga importante como para estar dando saltos... No precisamente de alegría.
La detención
Al mismo tiempo que se establecía el modo en que se podía haber producido el robo, la Policía Nacional localizó en un establecimiento de compraventa parte del botín. En concreto, 36 discos de larga duración y 128 sencillos de diversos autores con sus respectivas fundas. De hecho, el ladrón ni siquiera se había molestado en disimular el nombre de la denunciante que aparecía rotulado en la carátula de muchas de estas obras.
La detención del sospechoso fue cuestión de horas. Así, el martes, cuando habían transcurrido poco más de veinticuatro horas desde que se interpuso la denuncia, agentes nacionales localizaron a R.D.R.M., de 37 años y con domicilio en Pontevedra aunque es oriundo de Las Palmas de Gran Canaria, en la plaza de Concepción Arenal.
Ya en Comisaría, al parecer, el sospechoso, que cuenta con antecedentes policiales, reconoció tanto la sustracción como la posterior venta de los discos. Los 164 recuperados en el local de compraventa fueron reintegrados a su propietaria.
La Policía Nacional tuvo conocimiento de este suceso el pasado lunes cuando la propietaria de una vivienda de Pontevedra, que en la actualidad está deshabitada, denunció la sustracción de más de cuatrocientos vinilos.
Las pesquisas de los investigadores pudieron determinar el modus operandi que había empleado el ladrón. De este modo, la hipótesis que se maneja apunta a que el caco saltó un muro de tres metros de altura que bordea la propiedad. De ahí a forzar uno de los accesos de la vivienda apenas hubo un paso.
Ya dentro de la casa, al caco únicamente le quedó arramplar con los cuatrocientos discos y poner pies en polvorosa. De hecho, para salir del inmueble, tuvo que arrancar «los hierros que rodeaban el candado que cerraba el portalón», reseñó ayer una portavoz de la Comisaría.
Y es que con todos los discos a cuestas debía ser complicado volver a salir por donde había entrado, esto es, salvando un obstáculo de tres metros de altura. Por poco que pesen, cuatrocientos vinilos suman una carga importante como para estar dando saltos... No precisamente de alegría.
La detención
Al mismo tiempo que se establecía el modo en que se podía haber producido el robo, la Policía Nacional localizó en un establecimiento de compraventa parte del botín. En concreto, 36 discos de larga duración y 128 sencillos de diversos autores con sus respectivas fundas. De hecho, el ladrón ni siquiera se había molestado en disimular el nombre de la denunciante que aparecía rotulado en la carátula de muchas de estas obras.
La detención del sospechoso fue cuestión de horas. Así, el martes, cuando habían transcurrido poco más de veinticuatro horas desde que se interpuso la denuncia, agentes nacionales localizaron a R.D.R.M., de 37 años y con domicilio en Pontevedra aunque es oriundo de Las Palmas de Gran Canaria, en la plaza de Concepción Arenal.
Ya en Comisaría, al parecer, el sospechoso, que cuenta con antecedentes policiales, reconoció tanto la sustracción como la posterior venta de los discos. Los 164 recuperados en el local de compraventa fueron reintegrados a su propietaria.
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