Etiquetas

Hay gente para todo (1132) Documentos (1043) ambiente (576) Tecnología (474) Música (360) Ciencia (329) Animales (270) Informática (189) Música para una cuarentena (86) Bicicleta (64) Humor (53) cocina (38) de viaje (22) Fotografía (19) Historia (18) Chapuzas (17) Opinión (11) arquitectura (9) Arte (8) Salud (8) Retro (4)

Panorama

Otras formas de ver el blog

Otras formas de ver el BLOG: TIMESLIDE / MOSAIC / FLIPCARD / SNAPSHOT

martes, 8 de diciembre de 2009

"El Real Madrid interesa más que cualquier descubrimiento"

Lo asegura la israelí Ada Yonath, Premio Nobel de Química. Yonath es la cuarta mujer que gana un Nobel de Química en toda la historia de estos premios.
EFE | 08/12/2009
Conseguir el Nobel es el máximo honor para un químico, una especie con ejemplares como la israelí Ada Yonath que, tras arrojar luz -rayos X en concreto- sobre el mapa atómico del ribosoma, asume que eligió una profesión anónima. "El Real Madrid interesa más que nada que podamos descubrir", explica.
"No sé cómo un ciudadano normal puede entender el ribosoma. También hay cosas que el ciudadano normal entiende y que yo no", reconoce Yonath, que asegura que para ella el ribosoma, en complejo supramolecular que sintetiza las proteínas de las células, es como si fuera un "gadget", "una maquinita con la que jugar".
Yonath es la cuarta mujer que gana un Nobel de Química en toda la historia de estos premios que entrega la Real Academia de las Ciencias de Suecia. Es, además, la segunda que no es miembro de la familia Curie y una de las dos premiadas no estadounidenses de esta edición junto a Herta Müller.
Esta química, nacida en Jerusalén en 1939 y proveniente de una familia humilde, desarrolló pronto una curiosidad que, tras un accidente en bicicleta por un camino pedregoso, le hizo pensar en que si los osos polares hibernan es porque son capaces de generar vida dentro de sí durante todo ese periodo de letargo. Su objetivo era poder demostrarlo empíricamente a través de la cristalografía de rayos X, una tarea considerada en 1970 imposible. "No traté de convencer a nadie, sólo a aquellos que tenían que darme dinero", bromea.
Buscar vida en el Mar Muerto
Para demostrar su teoría rompió otra paradoja: buscó vida en el Mar Muerto. Es decir, el "geobacillus stearothermophilus", un microorganismo que devora los peces que llegan del río Jordán y que sobrevive a las condiciones de extrema salinidad. En ellas, no sólo la teoría de la selección natural de Darwin llega a la misma vez a su máxima -por selección radical- y a su mínima expresión -por tamaño-, sino que esos microorganismos toleraban la cristalización en la propia sal tras la evaporación del agua.
Llegados a ese punto, todavía imperfecto, tuvieron que pasar años, entrar en escena sus colegas Steitz y Ramakrishnan y los avances en óptica del sensor CCD -Nobel de Física curiosamente este año-, para llegar, en 2000, al Eurekara: el mapa atómico tridimensional del ribosoma. Con él, Yonath, Steitz y Ramakrishnan han conseguido enseñar al mundo el patrón que sigue el ribosoma que transforma la información genética del ADN en proteínas y, por tanto, en vida.
La utilidad inmediata e "inesperada" es la médica, "aunque todavía está por demostrar", insiste Yonath. Al conocer cómo se crea vida en una célula, también se puede invertir el proceso y atacar la de las bacterias multirresistentes, por lo que el mapa atómico del ribosoma puede ayudar a realizar antibióticos más precisos y eficaces.
El Nobel ha traído a Yonath cambios inmediatos. "Uno maravilloso. Mi casa se llenó de flores y de cartas. Otro más aburrido: mi vida se llenó de periodistas", sentencia. "Pero mi vida sigue. Seguiré con mi trabajo en el instituto (de Ciencias Wiezzmann de Rohovot, Israel). El trabajo científico da una satisfacción intelectual que es realmente divertida, en contra de lo que la gente crea. Y siento que si hago lo que me llena, entonces puedo ser mejor persona", concluye.

No hay comentarios: