X. Carreira 9/9/2009
Vecinos del inmueble del número 58 de la calle Concepción Arenal, en Lugo, parecen estar hartos de que un perro o varios vayan casi todos los días a mear a su puerta. Hartos de lavar con agua y otros productos desinfectantes y también utilizar azufre decidieron enviarle un mensaje claro al propietario del animal.
Todo apunta a que fue uno de los residentes en el inmueble el que decidió colocar un cartel manuscrito aenla fachada para que el dueño del animal se entere, de una vez por todas, que los de esa casa no quieren que el perro haga sus necesidades acuosas en su puerta.
El breve texto, de cuatro líneas, guarda varios mensajes. Primero: que el perro orine delante de la puerta de la casa donde vive el dueño. Segundo: que lo lleven al canil a hacer pis y tercero: que los dueños no sean «asquerosos».
Ayer solo fue posible contactar con una vecina del edificio que no quiso dar demasiados detalles. Después de advertir que ella no había sido, ni sabía quién había colocado el cartel, dijo que era repugnante ver todos los días al salir de casa como el portal estaba regado con una agüita amarilla. «Me gustan los perros, pero creo que hay que tener un poco de más cuidado, máxime teniendo en cuenta que en la zona hay algún espacio verde en el que los animales podrían hacer sus necesidades», señaló.
No es la primera vez que hay iniciativas vecinales en relación con el pis de los perros. Recientemente un lucense pidió al Concello de Lugo que pusiese coto a la costumbre de esparcir polvo de azufre para evitar que los perros ensuciaran las fachadas y las puertas de los garajes.
El ciudadano explicaba que existía un esparcimiento desmedido de azufre por diversas calles de la ciudad. Como ejemplo ponía la rúa Ourense. El reclamante mostraba su preocupación por la incidencia que pueda tener en la salud humana dicho mineral. Por eso pedía que se controlaran este tipo de actuaciones privadas.
Todo apunta a que fue uno de los residentes en el inmueble el que decidió colocar un cartel manuscrito aenla fachada para que el dueño del animal se entere, de una vez por todas, que los de esa casa no quieren que el perro haga sus necesidades acuosas en su puerta.
El breve texto, de cuatro líneas, guarda varios mensajes. Primero: que el perro orine delante de la puerta de la casa donde vive el dueño. Segundo: que lo lleven al canil a hacer pis y tercero: que los dueños no sean «asquerosos».
Ayer solo fue posible contactar con una vecina del edificio que no quiso dar demasiados detalles. Después de advertir que ella no había sido, ni sabía quién había colocado el cartel, dijo que era repugnante ver todos los días al salir de casa como el portal estaba regado con una agüita amarilla. «Me gustan los perros, pero creo que hay que tener un poco de más cuidado, máxime teniendo en cuenta que en la zona hay algún espacio verde en el que los animales podrían hacer sus necesidades», señaló.
No es la primera vez que hay iniciativas vecinales en relación con el pis de los perros. Recientemente un lucense pidió al Concello de Lugo que pusiese coto a la costumbre de esparcir polvo de azufre para evitar que los perros ensuciaran las fachadas y las puertas de los garajes.
El ciudadano explicaba que existía un esparcimiento desmedido de azufre por diversas calles de la ciudad. Como ejemplo ponía la rúa Ourense. El reclamante mostraba su preocupación por la incidencia que pueda tener en la salud humana dicho mineral. Por eso pedía que se controlaran este tipo de actuaciones privadas.
¿Y si los canes "actúan" sin dueño?. Si son analfabetos, ¿como entenderán el texto?
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