Lorena. R. de la Torre | EFE 11/4/2010
Margarí, Carmela, Candela y Rosalía son los grandes protagonistas de un centro terapéutico de la localidad ourensana de Allariz que presta ayuda a colectivos en desventaja y exclusión social a través de un novedoso sistema: con la ayuda de burros. Los responsables del centro aseguran que estos psicoterapeutas de cuatro patas han conseguido lo que los métodos tradicionales no han podido: una mejoría notable y eficaz de sus pacientes desde todos los niveles terapéuticos.
Enfermos de alzhéimer, disminuidos psíquicos y físicos son sólo algunos de los colectivos en donde se han constatado resultados que invitan al optimismo.
En el caso de los enfermos de alzhéimer se han visto «resultados espectaculares», debido a que «el burro despierta en ellos las partes que se empiezan a deteriorar como la memoria», ha explicado el terapeuta David Lema.
De encontrarse prácticamente en una situación de completo abandono, los asnos han pasado a ser excelentes mediadores terapéuticos, al igual que perros, caballos e incluso delfines.
Darles de comer, cepillarlos y llevar a cabo un circuito de psicomotricidad y estimulación sensorial con el animal son parte de la terapia que se desarrolla en O Rexo dos días a la semana, bajo la supervisión de Lema y la psicóloga clínica Elsa Pérez.
Aunque poco conocidas en España, las terapias con animales han logrado grandes éxitos en numerosos países europeos como Holanda e Inglaterra.
«Enseguida se notan los beneficios, el burro es un animal que tiene muchas características terapéuticas. Es un animal que puedes abrazar, muy dócil, que puedes acariciar y con el que interactuar», apunta el terapeuta David Lema.
Las familias «notan enseguida que los chavales tienen más movilidad, hablan más en casa y tienen menos problemas de relación», debido a que el asno «es un animal que los acepta tal cual son».
Una terapia con asnos y la recuperación del campo, a través de la agricultura ecológica, el pastoreo controlado por los burros y el mantenimiento de la zona conforman un futuro esperanzador para Requeixo de Valverde, lugar donde se ubica el centro.
Vistas las las virtudes terapeuticas del burro, los acabarán vendiendo los laboratorios.
Enfermos de alzhéimer, disminuidos psíquicos y físicos son sólo algunos de los colectivos en donde se han constatado resultados que invitan al optimismo.
En el caso de los enfermos de alzhéimer se han visto «resultados espectaculares», debido a que «el burro despierta en ellos las partes que se empiezan a deteriorar como la memoria», ha explicado el terapeuta David Lema.
De encontrarse prácticamente en una situación de completo abandono, los asnos han pasado a ser excelentes mediadores terapéuticos, al igual que perros, caballos e incluso delfines.
Darles de comer, cepillarlos y llevar a cabo un circuito de psicomotricidad y estimulación sensorial con el animal son parte de la terapia que se desarrolla en O Rexo dos días a la semana, bajo la supervisión de Lema y la psicóloga clínica Elsa Pérez.
Aunque poco conocidas en España, las terapias con animales han logrado grandes éxitos en numerosos países europeos como Holanda e Inglaterra.
«Enseguida se notan los beneficios, el burro es un animal que tiene muchas características terapéuticas. Es un animal que puedes abrazar, muy dócil, que puedes acariciar y con el que interactuar», apunta el terapeuta David Lema.
Las familias «notan enseguida que los chavales tienen más movilidad, hablan más en casa y tienen menos problemas de relación», debido a que el asno «es un animal que los acepta tal cual son».
Una terapia con asnos y la recuperación del campo, a través de la agricultura ecológica, el pastoreo controlado por los burros y el mantenimiento de la zona conforman un futuro esperanzador para Requeixo de Valverde, lugar donde se ubica el centro.
Vistas las las virtudes terapeuticas del burro, los acabarán vendiendo los laboratorios.
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